Tomar una idea y convertirla en realidad exige mucho trabajo duro por parte de un equipo de desarrollo especializado. Un equipo compuesto por planificadores de producto, diseñadores, fabricantes y muchas tazas de café solo.
Pero el equipo encargado de nuestros altavoces de alta gama trabaja de una forma un poco diferente. De hecho, ni siquiera es un equipo. Todos los pasos del proceso, desde la búsqueda de ideas hasta el ajuste final de los componentes de cada altavoz, corren a cargo de un solo hombre: Yoshiyuki Kaku.
Tras graduarse en Física, Yoshiyuki se unió a Sony en 1989. Su pasión por el sonido se remonta a su infancia, cuando se enamoró de la música clásica en directo; en la actualidad es el cerebro de formidables productos, como AR1, nuestro altavoz insignia definitivo, que ofrece una cuidada experiencia auditiva al recrear el sonido tal y como fue grabado. Yoshiyuki no se conforma hasta que cada altavoz es perfecto y para obtener productos de esta categoría, trabaja incansable en cada etapa del desarrollo.
El sonido del altavoz se ve afectado por prácticamente todos los aspectos del proceso (la posición de los diafragmas, la forma de las cavidades del altavoz o incluso la propia ubicación del altavoz), pero Yoshiyuki quería conseguir la experiencia de escucha definitiva fabricando el AR1 en su totalidad con madera de la mejor calidad sonora. Llevó a cabo detalladas pruebas y experimentó con maderas de todo tipo a fin de capturar exactamente el sonido que se había propuesto. “Cuando escucho la música a través del altavoz, no debería percibir ninguna diferencia con el sonido que tengo en mi memoria”,afirma mientras busca su definición de un gran altavoz: “Tiene que resultar lo más natural posible”.
Sus pruebas y experimentos le llevaron hasta el arce, que proporciona una madera muy apreciada entre los fabricantes de instrumentos por la nítida tonalidad que aporta al sonido. Pero Yoshiyuki no se conformaba con el arce común, él quería algo extraordinario.
Buscó por diferentes países en busca del arce con el aspecto y la textura perfectos, y lo encontró en Hokkaido, la segunda isla más grande de Japón, en el norte del país. El clima gélido hace que el arce posea una granularidad muy prieta en el momento de su recolección, en noviembre, responsable de la sorprendente calidad y la naturalidad del sonido del altavoz AR1. “El arce de Hokkaido produce el sonido más hermoso de todos los arces con los que he experimentado”, concluye Yoshiyuki.
El bafle frontal del altavoz AR1 está fabricado con esta apreciada madera, pero Yoshiyuki pronto se dio cuenta de que si lo empleaba en todo el cuerpo, el sonido general se endurecería. Ante este nuevo desafío, se subió a un avión rumbo a Noruega, donde encontró un abedul nórdico sometido a condiciones muy similares por el clima frío. Era exactamente la madera que Yoshiyuki estaba buscando: había nacido la base del AR1.
Yoshiyuki lleva 25 años embarcado en esta solitaria misión, sin dejar de viajar por el mundo en busca de materiales únicos que le ayuden a conseguir el sonido perfecto; se trata del tipo de pasión y entusiasmo que ponemos en cada uno de nuestros productos. Sea cual sea el siguiente proyecto de Yoshiyuki, te garantizamos que no se conformará con nada que no sea lo mejor.
