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La idea de una imagen de televisión perfecta variará de una persona a otra, ya que se trata de una preferencia personal. No obstante, es muy fácil mejorar el color, el contraste y la nitidez de cualquier pantalla de televisión; solo es necesario realizar unos pequeños ajustes en la configuración de fondo. A continuación te enseñamos cómo:
Antes de empezar, descarga el gráfico de prueba que encontrarás adjunto y guárdalo en un lápiz USB. Conecta el lápiz USB a tu televisor y abre la imagen utilizando el reproductor multimedia de forma que veas el gráfico en pantalla. En el caso de nuestros Android TV más recientes, reproduce el archivo en el reproductor de DVD o Blu-ray, ya que no es posible modificar la configuración de imagen usando la aplicación Album.
Siempre es mejor comenzar por modificar los ajustes básicos, pero para poder hacerlo adecuadamente primero es necesario desactivar algunas de las funciones avanzadas. Desde la pantalla de inicio del televisor, accede a "Ajustes" > "Ajustes de sistemas" > "Ecología" y desactiva el sensor de luz. A continuación, ve a "Ajustes" > "Imagen"•y desactiva "Recreación realista", "Gradación suave" y todas las opciones de "Reductor de ruido".
Recomendamos mantener la "Luz Fondo" en siete u ocho y configurar el modo de imagen como "Estándar". Una vez ajustado, haz clic en "Avanzados" y desactiva todo.
Nota: Asegúrate de que solo accedes a la configuración de imagen desde la pantalla de inicio del televisor pulsando el botón "Home"•del mando a distancia. Si accedes desde el botón de "opciones", solo ajustarás la configuración para una fuente en lugar de para todo el televisor. Además, asegúrate de que las salidas objetivo están configuradas como "Común".
En primer lugar, necesitamos buscar el tamaño de imagen correcto. En general, los televisores amplían ligeramente la señal recibida, lo que resulta en una imagen que no es todo lo nítida que podría: te darás cuenta al observar el efecto moiré en las franjas de resolución. Para ver el tamaño de imagen real, accede a "Ajustes" > "Visualización" > "Control de pantalla" y, a continuación, desactiva el área de pantalla automática y configura el área de pantalla en "Píxel completo”. Ahora deberías poder ver las flechas completas en cada esquina y el moiré debería haber desaparecido del campo de resolución.
Echa un vistazo a la sección más oscura de la escala de grises en el gráfico de prueba y, a continuación, ajusta el brillo del televisor para que el campo de la izquierda sea lo más negro posible. Habrás ajustado el brillo correctamente cuando percibas la diferencia con el siguiente campo de la derecha. Si no ves ninguna diferencia entre los dos, aumenta el brillo de forma gradual hasta que percibas el matiz.
Ahora debemos observar la escala de grises en el gráfico de prueba. Empieza por ajustar el contraste de tu televisor hasta que el campo situado más a la derecha se vea blanco y puedas diferenciarlo de la siguiente sección. Si no puedes apreciar la diferencia, significa que el contraste es demasiado elevado.
Cuando la nitidez del televisor es demasiado elevada, la imagen comienza a parecer artificial. Para evitarlo, ajusta los niveles de nitidez de modo que las líneas en cruz del gráfico de prueba no muestren un borde brillante a su alrededor. Si ves ese borde blanco, sencillamente reduce la nitidez hasta que desaparezca.
Ajusta la saturación del color a un nivel que te permita percibir la diferencia entre todas las gradaciones de color del gráfico de prueba. Asegúrate de prestar especial atención a la parte central de la escala de color y la imagen en el medio del gráfico de prueba para garantizar que los colores de piel se ven naturales.
Ahora que has optimizado todos los ajustes básicos del televisor, ya deberías notar la diferencia, pero antes de soltar el mando, merece la pena volver a los ajustes avanzados y modificar aquellos que pueden proporcionarte algo más de detalle. Nuestras recomendaciones son:
El resto de los ajustes, incluida la temperatura de color y el corrector de negro de los ajustes avanzados, pueden modificarse según tus preferencias personales. Tómate un tiempo para experimentar con cada uno de ellos y ver qué te parecen.
Una de las formas más sencillas de mejorar la calidad general de la imagen es seleccionar la escena que más se ajusta al contenido de la fuente. Por ejemplo, si has conectado un sistema PlayStation 4 a uno de de los puertos HDMI, deberías escoger "Juego" en el menú de selección de escenas, pero si has conectado un ordenador, entonces deberías optar por "Gráficos". Desde aquí puedes afinar los ajustes según tus preferencias; simplemente asegúrate de modificarlos utilizando el botón de "opciones" en el mando a distancia para que solo se aplique a una fuente en concreto.
Ahora que todos los ajustes de imagen de tu televisor están optimizados, deberías observar una mejora notable, incluso si pensabas que la imagen ya se veía genial antes de empezar. Ha llegado el momento de sentarte, relajarte y disfrutar de la mejor calidad de imagen posible.
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