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¿Ha ido demasiado lejos la obsesión cinematográfica por el turquesa y el naranja?

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Jose_C
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2.056  Vistas
 

 

Auteur: Sony Europe

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Chappie (2015) 

 

Desde que las películas pasaron de la grabación analógica a la digital, el arte de la gradación de los colores durante la posproducción ha permitido a directores y expertos en color modificar el aspecto de su obra aplicando filtros y alterando los tonos. El recargado uso de las tonalidades sepia por parte de los hermanos Coen en su película O Brother, Where Art Thou? de 2000, se cita frecuentemente como uno de los ejemplos más tempranos.

 

Desde entonces el número de producciones que se centran especialmente en dos colores, naranja y turquesa, no ha dejado de aumentar: Mad Max, Los vengadores... Prácticamente cada una de las películas de Michael Bay. Y una vez que te das cuenta, ya no puedes olvidarlo.

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O Brother, Where Art Thou? (2000) 

 

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Transformers (2007) 

 

Esta revolución de la doble tonalidad ha suscitado un acalorado debate tanto entre expertos cinematográficos como entre aficionados al cine, pero antes de sumergirnos en la discusión, primero debemos entender por qué esos dos colores se utilizan tanto.

 

Por qué funcionan el turquesa y el naranja

 

La respuesta la encontramos en la armonía cromática. El naranja y el turquesa se encuentran en posiciones opuestas en la rueda de los colores, lo que los convierte en "colores complementarios" que, cuando se colocan juntos, provocan que la imagen destaque y cobre vida.

 

La gradación también se puede utilizar para dirigir la atención hacia aspectos importante de la obra. En este caso, el naranja contribuye a acentuar el tono anaranjado de la piel humana o la explosión en una película de acción, mientras que el turquesa normalmente se aplica a las sombras y a los fondos, creando mayor contraste en la toma global.

 

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Total Recall (2012) 

 

Además de estas ventajas visuales, los directores pueden decidir emplear la gradación de color por otros motivos. En un artículo sobre el tema, TV Tropes comenta: “...el salvaje naranja y el frío azul conllevan una asociación muy fuerte a conceptos opuestos: hielo y fuego, aire y tierra, tierra y mar, día y noche, humanidad acalorada frente a fría indiferencia, o buenas explosiones del cine de siempre frente a escenas de ciencia futurista”.

 

Por qué no funciona

 

Otros tantos son los que se muestran totalmente en contra de esta tendencia. Algunos la consideran simplemente un tipo de hipérbole visual: una sobre-exageración de color y contraste que busca que todo parezca más vivo. En el sitio web Film Junk se puede leer: “Si te encuentras entre aquellos que consideran que los principales estudios se han quedado sin ideas para sus guiones, ya puedes unirte a aquellos que también creen que se han quedado sin ideas cromáticas".”

 

La consecuencia de esta empecinada persistencia de colorear todo de naranja y turquesa es que se ha convertido en el "aspecto típico" del cine. Casi todos los trabajos procedentes de Hollywood cuentan con esa idéntica gradación, y esta aparente apuesta segura puede llevar a los directores y expertos en color a la pereza en su tarea de mantener el interés del público.

 

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Mad Max: Fury Road (2015) 

 

Otros sencillamente consideran que no tiene sentido. Las películas siempre han gravitado de forma natural hacia el uso de colores complementarios, así que, ¿qué valor aporta la gradación de colores adicional?, ¿para qué complicarse la vida sin necesidad?

 

Has leído diferentes opiniones sobre el tema, pero ¿qué piensas tú? ¿Te quedas fascinado con la combinación de naranja y turquesa o te ha quitado las ganas de ir al cine? Háznoslo saber en la sección de comentarios, a continuación.

 

 

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