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Thomas Canet: la fotografía musical como forma de vida

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Jose_C
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Autor: Sony España

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“Me siento un recién llegado…”. Escuchar estas palabras de boca de uno de los más reconocidos y experimentados fotógrafos musicales en nuestro país da cuenta de cómo para lograr algo en esta vida, una buena dosis de humildad siempre es necesaria. Si a ella le unes el talento y las herramientas necesarias, tienes el combo perfecto para una carrera hacia el éxito.

Aunque nacido en Berlín, Thomas Canet se ha convertido en un referente de la fotografía musical en Madrid, y delante de sus ojos han pasado muchos de los artistas más importantes del panorama nacional. Su especialidad son los retratos, que realiza para diferentes medios como Rolling Stone. Sin embargo, aun teniendo la suerte de poder usar la fotografía como una prolongación de su pasión por la música, los comienzos no fueron sencillos, y también él tuvo que hacerse un camino a base de aprender.

“Cuando empecé el trabajo sobre los músicos, no conocía en absoluto los entresijos del mundo musical. El manager de un artista me confirmó que podría hacer un retrato después del concierto, y me ofreció hacer fotos durante el mismo también. Al finalizar el concierto, esperé un par de horas en la puerta del camerino y finalmente el manager me dijo que el artista no posaba porque estaba cansado, y que tampoco podía quejarme porque había hecho fotos durante el concierto. ¡Eso me sirvió de lección!”

Para sus retratos, Canet no hace mucho uso del estudio, y en su lugar utiliza un fondo blanco portátil que lleva allí donde esté el retratado. “El estudio me parece muy frío, y prefiero trabajar de la forma más sencilla posible”, explica. “Muchos de los retratos se hicieron en situaciones improvisadas y muy diferentes, como fiestas o a la salida de una grabación. Para mí era muy importante conseguir una coherencia en los retratos, tanto en el fondo como en la luz, por ese motivo me ceñí a un sistema sencillo y portátil. Para mí, el fondo blanco consigue aislar al sujeto completamente de su entorno, y el flash dota a la fotografía de una energía eléctrica que quería usar a mi favor”.

Y cuando se le pregunta por su preferencia a la hora de disparar en color o blanco y negro, lo tiene claro: “Me gustan los 2 lenguajes, y supongo que va por ciclos. Después de años fotografiando en color, he decidido volver al que fue mi primer amor: el blanco y negro. Estoy muy interesado en el ritmo, la textura y el contraste, conceptos que se leen muy bien en blanco y negro”, afirma.

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La democratización de la fotografía

El mundo de las artes está viviendo un fin de ciclo, y es complicado saber cuál será el siguiente paso. La crisis financiera se ha sumado a la crisis en el mercado editorial y discográfico. Por otro lado, la democratización de la fotografía ha traído consigo un mayor número de aficionados, con mayor cultura visual y que usan las mismas cámaras que los profesionales, lo que ha incrementado la competitividad en el sector.

La democratización de la fotografía e internet nos ha inundado con imágenes maravillosas, totalmente imprevistas”, comenta Canet. “Gente que nunca había cogido una cámara antes, que no tiene ninguna cultura fotográfica previa, empieza a jugar con el teléfono o una compacta, y se siente artista, se expresa, de una forma totalmente libre. Y están obteniendo unos resultados increíbles, sin complejos.”

Renovarse o morir

Para este fotógrafo, la cámara es un medio, una herramienta, al igual que la fotografía, que considera es un medio para el encuentro con el otro y uno mismo. Y para ello, al igual que muchos otros fotógrafos de su generación, se ha sumado al cambio. “En lo relativo a la cámara, fue un cambio inevitable. Para un fotógrafo profesional la cámara digital ya es algo imprescindible. La comodidad y la rapidez en el procesado son primordiales hoy en día en mi trabajo”.

Canet decidió dar el salto a Sony cuando tuvo la oportunidad de formar parte del grupo Ágora, donde pudo conocer a grandísimos profesionales de todos los sectores vinculados con la fotografía. Pero no fue sólo eso, sino que la apuesta de Sony por el mundo de la imagen digital le convenció, y desde entonces ha realizado todo su trabajo con equipos Sony.

Cuando le preguntamos por su posición respecto al debate generado por la irrupción de la tecnología “sin espejo”, Canet opina que este tipo de cámaras conformarán un nuevo segmento estable en el mercado fotográfico. “En mi opinión, la tecnología mirrorless consigue aunar las ventajas de dos mundos: las cámaras de “pentaprisma" y las de “telémetro"; y permite trabajar con menos vibraciones y cámaras más pequeñas y silenciosas, a la vez que permite controlar con precisión encuadre y exposición siempre en TTL”.

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“Los sistemas mirrorless me han permitido volver a trabajar con velocidades lentas sin trepidación”, continúa. “Además de poder visualizar la imagen con los ajustes reales de cámara. Por otra parte, la reducción de ruido en los sensores nos permite trabajar con unos ISOs de ciencia ficción, lo que expande la paleta de situaciones fotografiables, así como el uso de luces más inusuales o tenues”.

Canet sueña con una cámara digital pequeña, mirrorless, full-frame, con velocidad de respuesta de una réflex, y con ópticas fijas y luminosas de calidad. “Un sistema pequeño de calidad que pueda llevar consigo siempre”, afirma. ¿Y hoy en día? “La Sony A7RII, lo tiene todo para ser una cámara definitiva”.