© Gavin Evans
Este artículo incluye contenido sensible.
La carrera fotográfica de Gavin Evans empezó con un accidente de coche.
Cuando era un adolescente, Gavin encontró por casualidad unas fotos del Servicio de Policía de las Bermudas en la casa de su vecino. “Eran todas muy abstractas y hermosas...Quedé fascinado con lo que veía, pero ni siquiera sabía de qué se trataba”, rememora Gavin desde su actual base de operaciones en lo “más profundo y oscuro de Berlín”.
Aquello que observaba resultaron ser las detalladas pruebas forenses de un accidente de coche mortal, pero él ni siquiera llegó a imaginárselo, hasta que su vecino lo sorprendió y empezó a gritarle. “Pensé que una de las imágenes era una bola de espejos, absolutamente hipnotizadora, pero en realidad se trataba del vidrio protector de un parabrisas incrustado en la cabeza de alguien. ¡Estremecedor! Pero cuando miré por primera vez, lo que vi fue una imagen brillante, con toda esa luz tropical, y mi reacción fue de: '¡Guau!, ¿qué es esto?'"
En ese momento comenzó la pasión de Gavin por la fotografía, que nunca se apagó. “Sentí que los momentos más privados eran susceptibles de ser fotografiados y eso me llevó a pensar que esta forma de arte en realidad podía ir a cualquier parte”.
© Gavin Evans, Sony α7.
Años después Gavin se ha convertido en un fotógrafo de fama internacional, con obras que van desde imágenes furtivas de las calles durmientes de Calcuta a las 4 de la mañana, hasta retratos de conocidos personajes de la vida pública. Ya ha fotografiado a David Bowie, Gary Oldman o Daniel Craig, y acaba de recibir el encargo de retratar a algunos de los artistas más reconocidos del mundo para el Festival internacional de Edimburgo de 2015, además de ser nombrado recientemente embajador del programa Sony Global Imaging Ambassadors para el Reino Unido.
Pero a Galvin el éxito no le ha llovido del cielo; ha tenido que trabajar muy duro para conseguirlo. Tras 18 meses aprendiendo, y prácticamente habitando, en el estudio local de su profesor de fotografía, y varios años okupando y malviviendo en Londres, se trasladó a Edimburgo, donde trabajaba en una tienda de libros de segunda mano cuando no tenía el ojo pegado al objetivo de la cámara.
Fue en esta librería donde la suerte de Gavin cambió: allí un hombre le ofreció trabajo como fotógrafo y editor de fotografía de Cut, una revista de música y estilo de vida. Pronto empezó a pasarse los días retratando famosos, los más oscuros y los más reputados, y tanto su porfolio como su lista de contactos comenzaron a crecer exponencialmente.
Lo que diferencia el trabajo de Gavin del de otros fotógrafos es su gran honestidad e intimidad. Cada uno de sus retratos muestra un rasgo del sujeto que rara vez se muestra al público, un resultado que consigue con su enfoque psicológico de la fotografía. “Existen toda clase de historias sobre determinados famosos que entran en el estudio, echan un vistazo al fotógrafo, se dan media vuelta y se van. La pregunta es: ¿Cómo consigues que se queden y que te permitan retratarlos? Trato de buscar rápidamente un lugar común mediante la conversación. Sencillamente evaluándolos, descubriendo pequeñas cosas sobre ellos y trabajando a partir de ahí. No tiene sentido planificar de antemano cómo va a ser la sesión, porque no es posible predecirlo”.
© Gavin Evans, Sony α7.
Si accedes a la sección de "Intereses personales" en el perfil de Facebook de Gavin, verás solo dos palabras: “challenging conventions” (el inglés para "desafiar las convenciones"). Es una meta muy alta que, no obstante, ha alcanzado en prácticamente todos y cada uno de sus proyectos; desde los retratos de famosos mencionados, hasta la serie "Touch", una colección de retratos en la que Gavin pide a sus sujetos que introduzcan su mano en la toma. Con más de 2500 fotografías "Touch" hasta la fecha, número que continúa creciendo, este proyecto se ha convertido en un experimento social expansivo sobre el espacio personal. “Cuando los sujetos toman mi mano y la acercan a sí mismos, me están demostrando que se sienten cómodos con otra persona en su espacio. Si, por el contrario, la toman y la dejan colgando en el aire, me proporcionan información muy clara de donde empieza y acaba su espacio personal".
"Touch" desafía la idea de que la fotografía de retratos captura el "alma" del sujeto, algo con lo que Gavin está en total desacuerdo. "Nunca he entendido porque esa noción se sigue trayendo a colación. Tengo una colección de cientos de retratos y, al observarlos, la gente sabe que los he hecho yo, así que más bien soy yo el que queda reflejado en el retrato; el sujeto no es sino una medida de mí mismo".
Otra serie de Gavin que no solo desafía las convenciones fotográficas sino también las de todo un país es ‘Nightscapes’: una mirada inquietante y desolada a la noche de Calculta, irreconocible sin su caos diurno.
© Gavin Evans, Sony α7.
"'Nightscapes' surgió básicamente a partir de una feliz coincidencia, resultado de la siesta por el desfase horario de la que Gavin y su compañero despertaron cuando la mayoría de los habitantes de la ciudad ya descansaban. “Nos despertamos a las 11 de la noche porque estábamos agotados y nos pareció buena idea ir a echar un ojo. Al salir, el lugar estaba completamente desierto. Era como si hubiese ocurrido algo grave mientras nosotros dormíamos. Paseamos por el vacío absoluto y me di cuenta de que nunca veríamos la ciudad así durante las horas de luz”.
Gavin realizó estas fotografías con su cámara Sony a7R y, en cuanto la colocó sobre el trípode, supo que estaba a punto de capturar algo especial. “El nivel de detalle era sorprendente. Podía apreciar elementos al usar el zoom que a simple vista me pasaban desapercibidos. Cualquier ciudad europea en la que piense tiene cierta actividad nocturna, como Londres; no es el mismo bullicio que durante el día, pero siempre queda algo de vida por la noche. Nunca imaginé que Delhi o Calcuta se convertirían en ciudades fantasma a ciertas horas de la madrugada”.
Gavin nos cuenta que espera poder viajar a la India en 2015 para continuar la serie "Nightscapes", además de seguir trabajando en "Touch" e innumerables proyectos tanto en Berlín como en otros lugares, pero, por el momento, su atención se encuentra puesta en el Festival Internacional de Edimburgo. “Sin duda es el mejor encargo de mi carrera hasta la fecha; me han pedido que le ponga una nueva cara al festival, que cuenta con millones de visitantes cada verano”. Sea cual sea el resultado final, lo que sí es seguro es que no tendrá nada de ordinario.
